Padre Gerald Dreiling
En San Jerónimo hemos observado que lo mayoría de profesores(as) no piensan ni actúan como Agentes de Cambio. Creemos que nadie puede negar que nuestra sociedad necesita cambios cuando tenemos a un expresidente condenado a veinticinco años por robos, violación de derechos humanos, etc. etc.; un segundo expresidente cuestionado por haber indultado medio millar de encarcelados por narcotráfico, el dinero gastado en la construcción de grandes obras estaba muy por encima de la cantidad presupuestada; y finalmente, un tercer expresidente que tiene un sin número de explicaciones sobre el origen de la "modesta" suma de cincuenta millones de dólares para adquirir propiedades que no se sabe para qué serían utilizadas ni en beneficio de quién; cuando según las encuestas la aprobación de nuestros legisladores está en el suelo y el sistema judicial no se queda atrás, entonces creemos que, sin aburrir al lector con más ejemplos, podemos mantener que necesitamos Agentes de Cambio.
Pero ¿De dónde podrían salir? La pregunta que surge es: ¿De dónde?
San Jerónimo piensa que los profesores podrían ser los tan necesitados Agentes de Cambio. Pero lamentablemente la mayoría no lo son. Y no es que sean estúpidos o no se dan cuenta de la situación. De ninguna manera. Los profesores son muy conscientes de su realidad. Esto se puede deducir de sus conversaciones y lamentos respecto a la situación. Los profesores observan, pero no actúan.
Pero ¿Por qué observan pero no actúan?
Los profesores son profesionales y son formados como tal. La formación que reciben es muy académica. Se les enseña cómo aplicar un currículum, pero no tienen nada que ver con el diseño del currículum. Son como cocineros que saben preparar comidas según la receta. Si la receta es buena producen sabrosos resultados, pero si la receta es más o menos o mala el resultado es menos que sabroso. Pero, ¿quién es responsable, quién da la receta? No el cocinero, sino el Chef. Perú ha sido bendecido con excelentes chefs: hombres y mujeres de todas partes (costa, sierra, selva) ideando, creando, innovando recetas – son Agentes de Cambio en la cocina. Los resultados son magníficos.
Mientras tanto los profesores en las aulas siguen como receptores pasivos de recetas con las que no han tenido nada que ver en su creación y que se llaman currículums. Entonces, así como los cocineros, los profesores terminan en el aula como meros ejecutores de una receta aprendida y no como intelectuales transformadores con funciones sociales muy importantes dentro de una sociedad libre y democrática, no como los Agentes de Cambio que nuestra sociedad necesita.