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Teresa Tovar
En la escuela enseñan lo contrario a lo que en la sociedad se permite. Existe una suerte de esquizofrenia entre los valores que se propugnan dentro las aulas y los que imperan fuera de ellas, colocando a estudiantes y docentes en serios dilemas morales:
En la escuela enseñan a no contaminar y a cuidar la naturaleza; mientras que se legisla para rebajar las multas a quienes contaminan y se resta autoridad a los encargados de cautelar las reservas naturales y fiscalizar los niveles de contaminación.
Enseñan a ser honestos, mientras que la mafia penetra al mismísimo Poder Judicial, por todos lados hay coima y los procesos contra políticos corruptos permanecen en continua impunidad.
Enseñan que hombres y mujeres son iguales, en medio de cifras alarmantes de feminicidio y cuando se sabe que si abusas o maltratas a una mujer no pasa nada. Incluso hay quienes postulan a puestos políticos a pesar de tener en su historial actos de violencia contra la mujer.
Enseñan que hay que respetar los derechos humanos mientras que el Plan Nacional de Derechos Humanos no considera a determinados colectivos vulnerados como las trabajadoras del hogar, las víctimas de la violencia política, las personas de diferente opción sexual, las personas con VIH-Sida y con tuberculosis y los migrantes. Al mismo tiempo designan a Urresti como ministro del Interior, pese a ser presunto autor de delitos de lesa humanidad.
Enseñan que hay que respetar la diversidad cultural y que la ley no hace distingos entre personas de diferentes lenguas; pero se señala que los indígenas son perros del hortelano y ciudadanos de tercera categoría. Además, en el juicio por los lamentables sucesos de Bagua solo están procesados indígenas, y no se cuenta con traductores, de modo que los indígenas no saben por qué se los juzga y condena.
Enseñan que todos los seres humanos somos iguales ante la ley, pero las personas con diferente opción sexual no pueden legalizar su unión. La propuesta de Unión Civil ha quedado en el limbo.
Enseñan que hay que confiar en la justicia, pero liberan a Benedicto Jiménez, abogado y socio del prófugo empresario Rodolfo Orellana.
Enseñan que nadie debe ser sometido ni denigrado, pero miles de mujeres pobres son violadas y mueren en abortos clandestinos, pese a que el aborto por violación está permitido ya en la mitad de países del mundo.
La escuela está cada vez más asediada por estos problemas, aparentemente externos al hecho de aprender matemáticas, lenguaje o computación. Asumir en serio una educación en valores implica evitar la política del avestruz y abordar abiertamente estos dilemas morales con los estudiantes, brindando información clara y pertinente y promoviendo la deliberación sobre ellos. En el centro del quehacer educativo debe estar la preocupación por construir una ética para que las personas se reconozcan como parte de un conglomerado humano y vivan con justicia, libertad, paz y armonía con la naturaleza.
Fuente: Recuperado del Diario Uno, de fecha Julio 21 del 2014, en: http://diariouno.pe/columna/dilemas-morales-en-la-escuela/