El domingo 08 de febrero, Panamericana televisión presentó un amplio reportaje de un hecho de suma gravedad: El Presidente del Poder Judicial, Victor Ticona Postigo, firmó la contratación de Angel Jorge Falconí Herrera, hijo del congresista Marco Tulio Falconí, en el cargo de subgerente de en el Poder Judicial con un sueldo de S/. 8,822 Nuevos Soles mensuales, sin cumplir con los requisitos de tener 5 años de experiencia laboral y un año en el sector público. El hijo del congresista, de apenas 23 años, egresó de una universidad arequipeña hace apenas año y medio. El posible nexo: tanto su padre, el congresista Falconí, como el presidente del Poder Judicial, Víctor Ticona Postigo, son amigos, abogados y arequipeños.
El reportaje completo se puede ver en esta dirección: http://panamericana.pe/m/panorama/politica/175520-pulpin-suerte-hijo-congresista-marco-tulio-falconi-judicial
En “San Jerónimo” nos preguntamos: ¿Bastará con que el Presidente del Poder Judicial anule la contratación irregular del hijo de su amigo debido a que se hizo pública la denuncia? ¿Debe este personaje seguir al frente del Poder Judicial? ¿Su sola presencia no es ya un aval para que el poder judicial se siga infestando de corrupción? ¿Qué justicia se le puede pedir a un poder presidido por un individuo que no tiene el más mínimo escrúpulo para quebrar el valor de una evaluación justa a fin de beneficiar al amigo, al paisano, en vez de servir al país? ¿Al servicio de quien están el Poder Judicial y los jueces del Perú?
Desgraciadamente este no es un caso aislado. Es la prueba evidente de que en los procesos de contratación de personal al servicio del estado, la mayoría de funcionarios del aparato estatal, en los diversos sectores, han perdido la decencia y hasta el decoro. Convocan a concurso de plazas de contrato completamente dirigidas y con requisitos hechos a medida, para beneficiar a sus allegados. Para comprobarlo tan sólo basta con ver las convocatorias a contratos CAS que se publican en las páginas web de los distintos ministerios.
Un caso concreto es el Proceso CAS N° 175-2015/MINEDU/U.E.24 CONVOCATORIA PARA CONTRATACIÓN ADMINISTRATIVA DE SERVICIOS DE UN(A) MONITOR JUNIOR EN SEGUIMIENTO A LA EJECUCIÓN PRESUPUESTAL EN REGIONES 2. La convocatoria, publicada el 11 de febrero de 2015, en la página web del Ministerio de educación, exige como requisitos de experiencia general: Experiencia laboral mínima de 2 años, en el sector público y/o privado, considerando prácticas pre-profesionales y prácticas profesionales. ¿Formación académica requerida?: Egresado en Economía, Administración, Contabilidad, Gestión Pública, Estadística, Ingeniería o Ciencias Políticas. ¿Pago mensual?: 6,000 Nuevos Soles.
¿Es la única convocatoria con esas características y ese sueldo? No. Hay más. Lo pueden constatar en la página web del MINEDU, en: http://www.minedu.gob.pe/transparencia/2013/cas.php
Nos preguntamos: ¿Qué diferencia hay entre lo actuado por el Presidente del Poder Judicial y esta y otras convocatorias del Ministerio de Educación? ¿Es justo exigir a los maestros del Perú tantísimos requisitos para ejercer la profesión y pagarles un sueldo que no es ni la tercera parte de lo que ganaría un “monitor junior” sin título profesional, con el solo requisito de ser EGRESADO y con menos de 2 años de servicio? ¿No debiera el Ministerio de Educación ser la reserva moral y cultural de nuestro país y convertirse en ejemplo de educación en procesos de contratación y remuneración justa para todos los peruanos? ¿Puede el Ministerio de Educación exigir a las Direcciones Regionales de Educación y UGEL del país actuar con transparencia y justicia después de esto?
La corrupción es el uso de los bienes públicos para el beneficio privado propio o de los allegados. Es posiblemente el peor mal que aqueja a nuestro país. Alfonso Quiroz en su obra “Historia de la corrupción en el Perú”, refiere que nuestro país pierde cada año entre el 30% y 40% de su presupuesto en actos de corrupción. Eso significa menos educación, menos salud, menos vías de comunicación, menos salarios dignos para los peruanos.
Es tiempo ya de una revolución moral en nuestro país que detenga el cáncer de la corrupción en todos los niveles de gobierno. Es tiempo ya de que nuestro país muestre su indignación frente a este mal como lo hicieron nuestros jóvenes frente al abuso que quiso perpetrar el gobierno con su malhadada ley de supuesta promoción del empleo juvenil. Es tiempo ya de rescatar al Perú de los corruptos de turno.