Teresa Tovar Samanez
Lunes 16 de Febrero de 2016
A puerta cerrada se ha modificado la organización del Ministerio de Educación. De un día para otro amanecimos Educación Ambiental, Educación Comunitaria y Tutoría. Simplemente las desaparecieron. ¿Ud. se enteró?
La discusión que se queda en el plano de esquemas a-priori sobre viceministerios, etc. resulta poco trascendente. Cuando los cambios institucionales son legítimos y de envergadura, responden a necesidades y demandas sociales, puestas de manifiesto vía movimientos sociales y contracultura. De otro modo son solo hechura e imposición tecnocrática, que suele responder a intereses de grupos de poder. Adivine a qué necesidades respondes este cambio en el Minedu. Si mira hacia el MEF, acertará.
Aparte de introducirse un considerable articulado relativo a la promoción de la inversión privada, el nuevo reglamento disuelve estrategias claves: se cierra la Dirección de Educación Ambiental en plena crisis ambiental y un mes después de la Cumbre del Cambio Climático. Se elimina la Dirección de Tutoría, única instancia que de ocupaba de la educación sexual hacía algo por la igualdad de género en un contexto donde el 94% de las víctimas de violencia sexual so mujeres y de ellas el 77% son niñas y adolescentes y donde el embarazo adolescente constituye la primera causa de deserción escolar. En pleno siglo XXI cuando constatamos que se aprende en todas partes y fuera de la escuela se clausura la Educación Comunitaria, innovación clave de la reforma educativa del 70.
En contraste, la reforma educativa chilena (y sus cambios institucionales) responde y se confronta a movimientos sociales en pro de la equidad. Es el sentido predominante en la región, junto al imperativo de educar para el desarrollo humano sostenible.
Los contratos sociales no incorporan a todos por igual desde el principio. Las mujeres, los esclavos, los negros, las personas con discapacidad, etc. tuvieron que luchar para tener derechos civiles básicos. Igual corre con la educación, derecho social restringido que requiere discriminación positiva. Así surgieron la Educación de Adultos (EBA), la Educación Bilingüe Intercultural (EBI), la Educación Comunitario, frutos de la reforma del 70 y subsiguientes al logro del voto por el analfabeto.
Enunciar que los “contenidos transversales” se tomarán en cuenta en todos los niveles educativos es una falacia. Las “transversales” son como Dios: se supone que están en todas partes pero nadie las puede ver si carecen de responsables metas y presupuestos protegidos. Tiene que ir más allá del currículo y abarcar estrategias y rendición de cuentas. Para atenderlas los países crean instancias específicas: Bolivia y Brasil tienen un Viceministerio: En Ecuador, Chile y Argentina no hay Direcciones y Modalidades; en España Programas. En el Perú se han disuelto.
Fuente: Diario Uno, edición del lunes 16 de febrero de 2015