Indudablemente, el economista Jaime Saavedra Chanduví aceleró el ritmo de acciones-realizaciones en el Ministerio de Educación, iniciadas algunas durante la gestión de Patricia Salas. Inclusive, ciertos opinólogos y políticos hablan de que, por fin, está en marcha la ansiada reforma educativa que el país requiere. ¿Será verdad esta afirmación? Y si lo es ¿cuál sería la orientación central de esta reforma? Frente a estas cuestiones, defendemos la tesis de que efectivamente el gobierno de Ollanta Humana ha profundizado la reforma educativa, iniciada hace unos 25 años, en el marco del hegemónico modelo neoliberal. En la primera vuelta de las elecciones del 2011, prometió cambiar este marco; pero, posteriormente, administró el modelo también en el campo educativo.
Las promesas
En la Primera Vuelta de las elecciones del 2011, el candidato Ollanta Humala prometió “una revolución educativa… llevada a cabo por un movimiento ciudadano por la educación… (Para ello), el Proyecto Educativo Nacional (PEN) constituye un buen punto de partida”(1) (destaque nuestro). Esta promesa establecida en el Plan de Gobierno de la Gran Transformación se hizo partiendo de una crítica al modelo neoliberal, buscando construir una nueva república democrática, pluricultural y descentralizada, garantizando el pleno desarrollo de las personas y de los pueblos. Se postulaba, entonces, no una “reforma educativa”, sino una “revolución educativa”, donde al PEN se le veía solamente como “un buen punto de partida”
Operativamente -en la Primera Vuelta- se prometió, entre otras medidas de política:
Calidad y pertinencia en los contenidos curriculares en referencia a la diversidad cultural y productiva de nuestros pueblos. Es decir, que los aprendizajes de nuestros estudiantes de Educación Básica no solamente fuesen de calidad, sino que se orientasen al desarrollo productivo y a la afirmación cultural, con criterio descentralizado.
Reforma universitaria;
“Se debe orientar el sistema de la articulación de la educación básica y superior a los objetivos del desarrollo nacional, formando técnicos y profesionales éticos, competentes y productivos”;
Aumentar el presupuesto para educación, en un monto no menor del 6% del PBI;
“Revisar el sistema de evaluación de la Carrera Pública Magisterial implementado por el actual Gobierno, (yendo hacia) una Carrera Pública Magisterial renovada”.
“Erradicar el analfabetismo implementando programas de alfabetización intercultural y promoviendo el apoyo de organizaciones especializadas para obtener resultados consistentes en ese histórico problema nacional….”(2).
Como sabemos, el candidato Ollanta Humala de la segunda vuelta modificó sus planteamientos de la Gran Transformación, también en el campo educativo. Ya en la “Hoja de Ruta” no habló de revolución educativa y ni siquiera de reforma educativa. Redujo su Plan de Gobierno en el sector educación a un conjunto de medidas aisladas. Textualmente ofreció seis medidas(3):
BECA 18 para jóvenes egresados con alto rendimiento de los colegios públicos, para realizar estudios profesionales en universidades públicas o privadas del país.
Becas de posgrado en países de estándares de educación más avanzados para egresados con alto rendimiento de las universidades peruanas públicas y privadas que deseen realizar estudios en ciencia aplicada y/o recibir capacitación tecnológica.
Programa reforzado de capacitación de profesores de colegios primarios y secundarios públicos focalizados a lograr una mejora sistémica en la calidad de enseñanza;
Desnutrición cero con desayunos y almuerzos en los colegios públicos, y fortalecimiento del plan de salud preventiva para los alumnos.
Atención preferente a las escuelas unidocentes y multigrado que operan en las zonas rurales más pobres del país.
Dotación de agua potable, desagüe y electricidad para las escuelas públicas. Servicios básicos que se harán extensivos progresivamente, comenzando en las zonas de mayor déficit.
Inventario de acciones
El pasado 28 de julio, el presidente Ollanta Humala hizo un inventario de sus realizaciones en el campo educativo. Las principales enumeradas son las siguientes:
Todos los peruanos ·”con los mismos derechos a una educación de calidad… Hemos avanzado en una reforma que apunta a tener un sistema educativo de mayor calidad y equidad, apostando por la educación pública…”
El presupuesto para Educación está llegando al 3.6 % del PBI;
“Los docentes son lo central en la reforma que hemos emprendido”. En el 2014, unos 55 mil docentes obtuvieron aumento promedio del 30%. Este año, habrá concurso para el nombramiento de 20 mil profesores. Se han seleccionado unos 15 mil directores de instituciones educativas. “Durante los últimos 4 años… el salario docente promedio ha aumentado en 40% y la meta al Bicentenario debe ser, duplicarlo”.
Hay en marcha un programa de Becas: Beca 18 (unos 45 mil jóvenes en instituciones del país, solamente del VRAEM se han favorecido a 3856 estudiantes); Beca Presidente de la República (más de 1000 peruanos y peruanos estudiando maestrías y doctorados en universidades del extranjero); Becas de pregrado, postgrado y especialización (unos 72 mil estudiantes).
“En Primaria, hemos implementado una estrategia de soporte pedagógico”
“Comenzaron a operar 13 Colegios de Alto Rendimiento… La meta es que todas las regiones cuenten por lo menos con uno de estos colegios”. 340 mil estudiantes de Secundaria ya están en Jornada Escolar Completa (JEC);
En los colegios JEC se han incrementado de 2 a 5 las horas de enseñanza del inglés (para ello 500 profesores peruanos se han ido a perfeccionar su inglés en Estados Unidos e Inglaterra);
“El Estado ha asumido su rol rector para avanzar hacia una educación superior de calidad. Hace un año se promulgó la Ley Universitaria y se creó la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria”
“En los últimos 3 años, se han invertido 11 mil 400 millones de soles (sic) en infraestructura académica (sic)”.
Programa de Alimentación Escolar que llega a 3’100,000 escolares;
Estudiantes que traen medallas en concursos de matemática en el extranjero;
Mypes que producen carpetas para 2,222 colegios, así como bicicletas y kits de cocinas para instituciones educativas;
MINEDU que ha puesto en marcha el “Plan Selva” para garantizar condiciones básicas de servicio en algunas instituciones educativas de la Amazonía peruana;
“Por primera vez, 3,500 localidades cuentan con servicio de educación inicial”;
Hay fortalecimiento de la educación física y el deporte, llegándose a 1 millón de estudiantes
Comparando este inventario de realizaciones, con las promesas del candidato Ollanta, podemos afirmar que, en el campo educativo:
• Los ofrecimientos de la Primera Vuelta no se cumplieron; • Los ofrecimientos de la Segunda Vuelta se han cumplido con creces, con excepción de su sexta promesa. Es más, a todos estos logros les denomina “reforma educativa”, donde lo central serían las políticas magisteriales.
Tenemos 1 millón 413 mil peruanas/os analfabetos, para quienes no existe el derecho a la educación. Adicionalmente, tenemos 8 millones 612 mil jóvenes y adultos peruanas/os donde está trunco su derecho a culminar su educación básica
Algunas precisiones al inventario
Según el mismo Ollanta Humala -en su Discurso de las últimas Fiestas Patrias- su gobierno tiene importantes realizaciones en educación que las hemos agrupado en 15. Ellas ciertamente tienen una orientación implícita o explícita, pero también encierran algunas verdades y muchas imprecisiones o silencios sustantivos. Antes de analizar su orientación general, hagamos algunas precisiones al inventario:
La educación como derecho.- Tenemos 1 millón 413 mil peruanas/os analfabetos, para quienes no existe el derecho a la educación. Adicionalmente, tenemos 8 millones 612 mil jóvenes y adultos peruanas/os donde está trunco su derecho a culminar su educación básica(4). Generalmente cuando hablamos de la crisis de la educación peruana nos referimos a los 8 millones y 500 mil estudiantes de la Educación Básica Regular y nos olvidamos de los 10 millones 25 mil jóvenes y adultos que solamente son atendidos en un 2.03% por la Educación Básica Alternativa. ¿De qué derecho a una educación de calidad hablamos para ellas y ellos?
Educación Pública.- En los 20 últimos años, la tendencia de privatización de la educación se viene acentuando. Del 1995 al 2015, la matrícula en el sector público crece solamente en 0.49% al año, mientras que el sector privado aumentó en un 4.75% al año. El gobierno de Ollanta no detuvo la ola privatizadora. Mantuvo las gollerías del sector privado, no solamente en Educación Básica, sino en la Superior (universitaria y no universitaria). Según fuente del Minedu y en Educación Básica, la matrícula estudiantil en el sector privado que era de 25.97% en el año 2011, actualmente (2015) llega al 29.81, a nivel nacional. En Lima Metropolitana bordea el 50%. ¿De qué apuesta por la educación pública nos habla el señor Presidente?
Presupuesto.- Es verdad que el llamado “Presupuesto Institucional de Apertura” (PIA) ha crecido al 3.5% desde el presente año. Pero, técnicamente el PIA es solamente es un referencial. Lo que manda realmente es el “Presupuesto Devengado” o realmente ejecutado. Ahora bien –usando la fuente del MEF y al 15 de agosto del presente año- el Ministerio de Educación solamente había gastado el 42.5% de su disponibilidad presupuestal y los Gobiernos Regionales, el 52.5%. Es decir, hasta fin de año, lo realmente gastado por educación no llegaría al 3.5% del PBI, como se ha anunciado. La misma desaceleración de la economía peruana y la lentitud de implementar el gasto educativo con Asociaciones Público-Privadas (APP) están condicionando cumplir con este incremento en el gasto público en educación.
Política magisterial.- “Los docentes son lo central en la reforma que hemos emprendido” (Ollanta dixit). Detengámonos en la política magisterial, que es tipificada como central por el Gobierno. Ollanta lejos de cambiar la aprista Ley de Carrera Pública Magisterial de corte neoliberal (como lo prometió en Primera Vuelta), aceleró su implementación con la Ley de Reforma Magisterial. Esto ha generado consecuencias positivas en el campo salarial inmediato de los docentes, pero negativas en la desregulación de su fuerza de trabajo y en su reconocimiento como profesionales de la educación.
Veamos lo salarial. Los docentes contratados han recibido algo de aumento en sus remuneraciones (ahora ganan un promedio de 1230 nuevos soles) y cerca de la cuarta parte de los docentes nombrados casi han duplicado sus remuneraciones (ahora ganan alrededor de 2100 nuevos soles). El total del magisterio peruano gira con una remuneración líquida de unos 1450 nuevos soles; es decir, un incremento del 32%, pero sin modificarse la remuneración básica que le permita retirarse con una pensión algo digna.
El dogma neoliberal de desregulación de la fuerza de trabajo se viene cumpliendo en el magisterio peruano. En el año 2000, el 6.6% de los docentes estatales estaba contratados. Ollanta recibió en el 2011, un 18.4% de docentes contratados. Para julio 2015, tenemos un 29.8% de docentes contratados. Hay anuncio de nombramiento de 20 mil docentes. Si no se quisiese continuar con la política de desregulación de la fuerza de trabajo docente, se deberían nombrar a los 104,021 docentes actualmente contratados.
Si consideramos que la actual media de edad de los maestros peruanos es de 51 años, esto significa que dentro de 14 años comenzarán a cesar o ser retirados los docentes de 65 y más años. Aumentará el número de docentes contratados y ciertamente se generará escasez de maestros con título pedagógico, pues los estudiantes de Facultades de Educación y Pedagógicos están en declive.
Esta situación de crecimiento intensivo de docentes contratados y de escasez de docentes con título pedagógico genera varias consecuencias: (a) Menor costo en la mano de obra docente, al ser contratado; (b) Mayor capacidad de manejo de los conflictos magisteriales con docentes contratados; (c) Pérdida en la vigencia de la Carrera Pública Magisterial, que supone maestros nombrados; y (d) Posibilidad de ingreso de profesionales de otras carreras como docentes, no solamente al desaparecer la CPM, sino porque en unos 10 años, tendríamos un déficit no menor de 100 mil docentes con título pedagógico.
Desde una perspectiva profesional, los maestros actualmente vienen siendo tratados como simples aplicadores de formatos de enseñar en “sesiones de aprendizaje” diseñadas desde Lima. Esta práctica es desprofesionalizante y se usa como mecanismo para seguir imponiendo contenidos curriculares centralistas.
Reforma educativa neoliberal
La reforma educativa que se dio durante el General Velasco Alvarado, alteró realmente el sistema educativo vigente hasta el 1970. Y lo hizo, estableciendo, un diagnóstico estructural de la sociedad peruana y de la educación, así como un marco humanista de transformación, donde las personas individuales y colectivas son sujetos-actores de su propia historia(5). Contrastando una situación dada, con una situación deseable, la Reforma Educativa velasquista estableció tres fines muy precisos: (a) Educación para el trabajo y el desarrollo; (b) Educación para la transformación estructural de la sociedad; y (c) Educación para la autoafirmación y la independencia de la nación peruana.
La “revolución capitalista” neoliberal encontró dificultades de aplicación plena en salud y educación. En este último caso, no podía avanzar en lo referente a la desregulación de la fuerza de trabajo y la privatización de la educación
Más allá de estar de acuerdo con la reforma educativa velasquista, ella estableció explícitamente su propia teleología, señalando fines exógenos al sistema educativo, que dan sentido a los cambios internos en el sector. No hay una visión autista, de simples “logros de aprendizaje”, sino que ellos deben darse en función a un para qué y para quiénes. Así es, en todas las reformas educativas que se han dado y dan en todo el mundo, los cambios endógenos que se establecen en el sistema educativo son derivaciones y apuntan hacia fines exógenos en el conjunto social.
En coherencia con los fines establecidos por la Reforma Educativa peruana de 1970, se establecieron cambios en: el currículo, la organización del sector, la formación docente, en el enfoque y contenidos de textos escolares, en la creación de la “formación laboral” y de la “unidades de instrucción”, en el impulso de la formación científica desde la educación básica, en el desarrollo de la educación por el arte, etc. Los fines con historicidad determinan y/o condicionan las realizaciones que se implementan para su concreción, así como explican sus limitaciones(6).
La reforma educativa velasquistano era sino “medio e instrumento para construir el objetivo supremo de crear en el Perú una nueva y distinta sociedad” ni capitalista, ni comunista(7). Al desactivarse la revolución velasquista en 1974, también el sistema educativo volvió a adecuarse a los requerimientos propios de un capitalismo clásico en nuestra Patria.
En la década de los 90, el presidente Alberto Fujimori comenzó la “revolución capitalista” en el Perú(8). La propuesta del capitalismo neoliberal se impuso principalmente en el campo económico. En el sector educación, no hubo problemas en comenzar la “reforma neoliberal” con el rótulo de modernización educativa en el campo estratégico de los contenidos curriculares. El Gobierno de Fujimori impulsó el llamado “Nuevo Enfoque Pedagógico” (NEP), un denominado “currículo por competencias” y una “moratoria curricular” (reducción del proceso formativo de la Educación Básica solamente a mejorar en rendimientos de comprensión lectora y matemática. Es más, a esta mejora reduccionista, los neoliberales peruanos comenzaron a llamar “calidad educativa”.
Según Jaime de Althaus, la “revolución capitalista” neoliberal, encontró dificultades de aplicación plena en salud y educación. En este último caso, no podía avanzar en lo referente a la desregulación de la fuerza de trabajo y la privatización de la educación(9).
Los avances en la reforma educativa neoliberal, se dieron con Alan García, quien aprobó la solicitada desregularización fuerza de trabajo docente, promulgando la Ley de Carrera Pública Magisterial. La medida fue acelerada en su aplicación con la Ley de Reforma Magisterial (Gobierno de Ollanta Humala). Inclusive la CONFIEP aplaudió públicamente la promulgación de ambos dispositivos, donde se norma la desregulación de la fuerza de trabajo docente. La reforma neoliberal en educación que solamente había avanzado en materia curricular, se comenzó a a poner en marcha en el campo de la gestión educativa y de las relaciones de trabajo.
El “Proyecto Educativo Nacional al 2021” (PEN) elaborado por un plural Consejo Nacional de Educación quiso relativizar los avances de la reforma neoliberal. En el estratégico campo curricular, postuló tener solamente una “marco curricular de alcance nacional” y “proyectos curriculares regionales” (políticas 5.1 y 5.2 del PEN). Así mismo, delineó criterios importantes sobre política magisterial (políticas 11.1, 11.2 y 11.3 del PEN). En lo sustantivo, los postulados del PEN, aprobado por Alan García en el 2007, fueron olvidados por el Gobierno aprista y también durante el actual Gobierno.
En materia curricular, la gestión de Patricia Salas no hizo modificaciones importantes y apenas dejó un borrador de “marco curricular nacional”. En políticas magisteriales, la primera Ministra de Educación de Ollanta Humala solamente aceleró la aplicación de lo que había avanzado el Gobierno de Alan García.
En materia curricular y de políticas magisteriales, el Ministro Saavedra ha sido más agresivo. Dejó de lado, un tercer borrador de “marco curricular” y en el verano 2015 dispuso la vigencia mejorada del Diseño Curricular Nacional aprobado en el 2009 y –de manera inaudita- “sugiere” que los docentes de todo el país desarrollen sesiones de aprendizaje diseñadas desde Lima. Adiós a una propuesta curricular descentralizada y que viva un enfoque centralista y colonizante de currículo. Los maestros se ven coactados a seguir las “rutas de aprendizaje” que se imponen desde Lima.
***
En conclusión, podemos afirmar que sí está en marcha una reforma educativa, pero con un hegemonico enfoque neoliberal. Las autoridades no la aceptan explícitamente, pero la orientación general se ubica en este marco. Medidas positivas como las de Beca 18, aumento de horas de estudio en muchos colegios, mejoramiento de la infraestructura educativa, etc. tienen que ser ubicadas dentro de este enfoque. Una reforma educativa como parte de un nuevo tipo de sociedad, todavía es una utopía popular.
(1) GANA PERÚ (diciembre 2010). La Gran Transformación. Plan de Gobierno 2011-2016. Pág 166. Ibid, p. 166-167. (2) Ver HUMALA, Ollanta (2011). Lineamientos centrales de política económica y social, para un Gobierno de concertación Nacional. (3) Ver data sobre “Potencial demanda de la EBA al 31.12-213”, en MESA DE LAS CONTRAPARTES DVV PERÚ (2015). Educacion de jóvenes y adultos a lo largo de la vida. Lima, Memoria del Encuentro Nacional sobre la Educación de Jóvenes y adultos, p. 53. (4) Ver COMISIÓN DE LA REFORMA DE LA EDUCACIÓN (1970). Reforma de la educación peruana. Informe general. Lima, Ministerio de Educación. (5) Por ejemplo, en esta Reforma, no hubo un tratamiento adecuado al tema intercultural y de autonomía de nuestros pueblos. De igual manera, se trabajó un vertical “currículo por objetivos” que simplemente se “adecuaba” a contextos diversos. (6) VELASCO ALVARADO, Juan (1970). Mensaje a la Nación del 28 de Julio. EnINIDE “El Proceso peruano. Lecturas”. Lima, INIDE, 1974, p. 52. Texto oficialmente publicado para los Maestros Peruanos. (7) ALTHAUS GUARDERAS, Jaime de (2009). La revolución capitalista en el Perú. Lima, El Comercio, p. 306-308. (8) ALTHAUS GUARDERAS, Jaime de (2009).Ibid. .