La revista CARETAS publicó una entrevista realizada por Marco Zileri al congresista Daniel Mora[1], sobre los entretelones de la promulgación de la reciente Ley Universitaria. Mora denuncia sin temor las grandes presiones sufridas para evitar que se promulgara esta ley, desde lo que él denomina “un cártel político educativo”, interesado en enriquecerse a costa de la esperanza educativa de miles de jóvenes peruanos. Muchas de estas universidades se crearon bajo el amparo del DL 882 promulgado en el gobierno de Alberto Fujimori. El nivel de corrupción que denuncia el entrevistado alcanza a las universidades públicas que se mantienen sin castigo gracias a la pasividad de la Contraloría. Un espacio más en el que la corrupción gana terreno logrando la alianza del “cártel político educativo” con varios poderes del Estado.
“San Jerónimo” reproduce en las siguientes líneas los aspectos más saltantes de dicha entrevista que convocan un reto más para los peruanos que estamos comprometidos con la lucha en contra de la corrupción.
El candidato de Alianza Para el Progreso, César Acuña, dueño de varias universidades privadas, ha declarado ingresos anuales por S/ 56 millones. ¿Qué opinión le merece que la educación peruana sea fuente de semejante fortuna?
–Que la educación peruana se ha convertido en una mercancía y no en un bien social como declara la Unesco.
–¿Está de acuerdo con que las universidades privadas con fines de lucro estén exoneradas de todos los impuestos excepto el de la Renta?
–No les daría ninguna excepción tributaria. Estas universidades se han creado solo para enriquecerse unos cuantos. Su intención no es hacer una buena universidad. Su intención es llenarse los bolsillos. Y utilizar al estudiante simplemente como si fuera un caramelo.
–¿La exoneración tributaria ha contribuido a mejorar la calidad educativa?
–La universidad privada societaria (con fines de lucro) no ha dado resultados. Ninguna de ellas está ranqueada.
–¿Debe el Estado subsidiar a las universidades?
–Ahora están consideradas 12 universidades piloto públicas estratégicamente ubicadas en el país para la modernización educativa. El Estado debe hacer una mayor inversión en ellas.
–¿Por qué el Congreso no eliminó las exoneraciones tributarias cuando aprobó la nueva Ley Universitaria?
–No iba a lograr ser aprobada porque los lobbies que habían dentro del Congreso eran terribles; había ocho o nueve congresistas relacionados directamente con las universidades. Estaban todos los Acuña: Virgilio, el hermano de César, Richard, su hijo, la señora Acuña, su exmujer. El propio Luis Iberico (actual presidente del Congreso) se oponía a la ley porque era director de comunicaciones de la César Vallejo. Se trata de un cártel político educativo.
–¿Qué tipo de presiones ejerció el cártel político educativo al que Ud. alude?
–Hemos sido denunciados y amenazados. Se ofrecía 45 mil dólares por curul vacía para que no vayan a votar; se descubrió uno en la fiscalía que cobraba S/ 142 mil soles a cada rector por retrasar la ley. Alguien me dijo 5 millones de dólares. No sé de por dónde vino. El panorama era aterrador. Cuando hubo el debate se retiraron todos, nos dejaron sin quórum. Mi objetivo era sacar la ley. Fue una lucha. ¡Pero logramos imponernos por doce votos!
–¿Puede identificar a los autores de los sobornos y amenazas?
–No, mandaban emisarios.
–¿Qué opinión le merece que los dueños de las universidades privadas tan lucrativas estén en la carrera electoral?
–Es una señal del interés por estar en el poder político; la intención es manejar el Estado. Porque si me meto en el Congreso, y ahora en el Ejecutivo, cierro todo el circuito.
–¿Cuáles son esos representantes en la actual carrera electoral?
–Hay tres fuertes: César Acuña (universidades César Vallejo, Sipán y Autónoma) en Alianza Para el Progreso; Julio Luna (Telesup) en Solidaridad Nacional y Joaquín Ramírez en Fuerza Popular, sobrino del dueño de Alas Peruanas y excobrador de micro. Pero también está el congresista Julio Rosas, que era promotor de universidades evangélicas, y antes en el fujimorismo; Elías Ávalos, dueño de la Universidad San Juan Bautista, que ya no postula para congresista pero ha puesto a su hermano como candidato al Congreso por Fuerza Popular.
–¿Con cuántos votos aprobó el Congreso la Ley Universitaria?
Por 58 votos contra 46 votos.
(…)
–¿Lucrar con la educación e incluso hacer una fortuna es acaso un crimen?
–En el caso de la Garcilaso de la Vega, el rector ganaba S/ 2 millones mensuales, y es una universidad sin fines de lucro. Ahí hemos identificado seis presuntos delitos.
–Los rectores de las universidades públicas como San Marcos, Villarreal y La Cantuta también se opusieron a la ley universitaria.
–No es la pelea porque aman la universidad. El concepto es dónde está el dinero. Los recursos directamente recaudados son la fresa de toda torta. ¿Por qué? Porque nadie los controla. Concurso de admisión, academia preuniversitaria, centro de idioma, grados y títulos, las empresas, etc. Eso lo maneja el rector y su camarilla.
–Algunos ejemplos.
La Universidad de San Marcos tiene cerca de S/ 500 millones del fisco, y por recursos directamente recaudados, declarados por Pedro Cotillo, que para mí es contabilidad blanca, otros 500 millones.
–¿Qué es contabilidad blanca?
–La que puede pasar la prueba, pero la plata negra no está ahí.
–¿Qué dice la Contraloría?
–He mandado pedidos por escrito y no han dicho nada. Es un cero a la izquierda.
–¿Por qué renunció a Perú Posible?
–Imagínese que han puesto como candidato No 1 en la lista parlamentaria de Ica a Alejandro Encinas, rector de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica, quien ha estado preso 18 meses por corrupción, y una de las universidades ‘rebeldes’ del grupo de Cotillo. ¿Cómo iba a estar yo en una lista con esos patas?
–¿Por qué Toledo le quita el respaldo a la Ley Universitaria?
–La presión de los rectores. Podremos hablar de que lo van a financiar, yo no sé.
–Las universidades tienen dos representantes en el Consejo Nacional de la Magistratura que evalúa y elige a los jueces del país.
–Cerraron todo el circuito. Todas las denuncias contra las universidades morían. El sistema es idéntico a lo que pasó en Áncash. Todos se protegen.
[1] Recuperado de Caretas, edición 04/02/2016, en: http://caretas.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=1245&idSTo=0&idA=74479#.VrO0LLLhDIU