La cultura televisiva de nuestros medios de comunicación, actualmente, es: estereotipada, orientadas al consumo, promotora de personajes modelo inadecuados, generadora de conductas indeseables… etc. Lamentablemente, este racimo de características negativas no solo se encuentra en un canal sino en varias señales de canal abierta, sin mencionar películas, eventos, frecuencias radiales, etc. Quizá el fundamento esencial para que este tipo de programas basura aun continúen en existencia sea que las familias peruanas han aceptado y hecho popular dichos programas que tanto daño hacen en la psique de nuestros niños, adolescentes y adultos.
Pero ¿Qué es un programa basura? Comencemos por definir este concepto para poder utilizarlo correctamente. El Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) define la “telebasura” como:
“La vulneración de derechos fundamentales, la falta de consideración hacia los valores democráticos o cívicos, como por ejemplo, el desprecio de la dignidad que toda persona merece, el poco o ningún respeto a la vida privada o a la intimidad de las personas o la utilización de un lenguaje chillón, grosero e impúdico. Todo esto se lleva a cabo con la intención de convertir en espectáculo la vida de determinados personajes que, generalmente, se prestan a ser manipulados a cambio de la celebridad que les da la televisión o a cambio de contraprestaciones económicas”. (León, 2010, p. 206)
Este concepto se asemeja a lo que hacen programas como “Esto es Guerra” o “El Origen de la lucha”? Tomemos unos minutos para analizarlo. Y razonar también cuanta cabida se les da a estos personajes fuera del programa, ya sea en los periódicos, noticieros, radio, películas.
La audiencia elige… mal
Recordemos que la televisión basura no solo se encuentran en programas tan notorios como los “realities”. Pueden estar fácilmente en las novelas, noticieros, programas de comedia, etc. ¿Cómo? Cuando las novelas refuerzan estereotipos sobre la mujer o el hombre, cuando los noticieros tienden a favorecer a determinados individuos ocultando sucesos o distorsionando las noticias e incluso en los sketchs de comedia cuando refuerzan conductas como el racismo o la violencia.
Como decíamos al principio, el problema con estos programas no son estos mismos en sí. Un programa no puede subsistir solo por decisión de los gerentes del canal. Subsiste porque tiene un alto rating, es decir, mucha gente lo ve. El problema se vuelve más grave cuando los padres pensando, erróneamente, que están dando televisión sana y divertida a sus hijos los exponen a este tipo de programas.
“En un reciente trabajo realizado por el Consejo Consultivo de Radio y Televisión del Perú, las cifras indican que los peruanos ven en promedio seis horas diarias de televisión y que la mitad de ellos está de acuerdo con los contenidos de la televisión peruana” (Concortv, Lima, 2011)
La estrategia para atraer audiencia es sencilla. Simplemente explotan el morbo de los televidentes y lo ajustan hasta tener un resultado aceptable. Ciertamente existen excesos pero la realidad ha demostrado que en el remolino de la controversia y la crítica, los programas, al mismo tiempo, se promocionan.
Una ecografía en vivo. La privacidad no existe.
Los contenidos tampoco son aceptables. Las discusiones de pareja, infidelidades, peleas entre concursantes, reforzamiento de estereotipos… son el pan de cada día. López Talavera y Bordonado Bermejo en su trabajo sobre Telebasura, Ética y Derecho (2005, p. 314) señalan algunos contenidos por los que la televisión basura debería ser denunciada:
“la existencia de manipulación informativa, opinión parcializada o tendenciosa, difusión de rumores e informaciones no contrastadas, nulo respeto a la imagen, la intimidad y el honor; conversión del dolor y la miseria humanas en espectáculo recabando en los aspectos más morbosos y sensacionalistas”
Mala o buena influencia. Tú decides
Albert Bandura, psicólogo canadiense y autor de la “teoría del aprendizaje social” afirma que “La observación es el medio más importante en el proceso de aprendizaje y de transmisión de valores y patrones de comportamientos y de pensamiento” (Bandura, 1977, p. 3). Imagínense ahora todos los aprendizajes que se brinda a nuestros niños y adolescentes cuando son sometidos a los realities, noticieros, telenovelas, talk shows, etc. Como decíamos anteriormente, lo peor del asunto no es que solo un programa se dedica enteramente a explotar el morbo sobre una persona, situación o grupo de personas, sino que traspasa el programa y esta explotación del morbo también es aprovechada por periódicos, noticieros, programas de espectáculos… ansiosos de partir su tajada del pastel.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en una nota de prensa indica que de cada 100 hogares 87 ven televisión (INEI, 2015). Este es un alto rango de televidentes que, de alguna manera, son influidos en sus modos de pensar por medio de la televisión. De otro lado, en el informe “Tenencia de artefactos y servicios de telecomunicaciones en hogares” (Gestión, 2013) indica que el 53.2% de los hogares en el Perú ve televisión por cable. Ahora, no afirmaremos que la televisión por cable es mejor que la televisión local pero sí da un abanico más grande de programas y canales al que el espectador puede acceder. Muchos de ellos son muy interesantes. Por ejemplo, la BBC Earth, es un canal británico dedicado enteramente a documentales; el National Geographic Channel, aunque tiene algunos programas realities también tiene una programación científica muy enriquecedora; el History Channel 2, contiene también algunos realities, pero al revisar su programación se puede encontrar programas con invaluable información histórica.
Sin dejar de lado la programación nacional, el canal 7, TV Perú, es una gran fuente de información y promoción cultural. Programas como Metropolis, Umbrales tecnología, Nuestra historia, Costumbres, Reportaje al Perú, Miski Takiy… son algunos ejemplos de la labor del canal por irradiar de cultura a la población peruana.
Un nuevo canal
El 27 de febrero del 2015, se realizó la primera marcha contra la televisión basura. La premisa era sencilla: “Los menores de edad merecen respeto por parte de la programación de la televisión de señal abierta”. Otras de sus demandas era el cumplimiento del artículo 40 de la Ley de Radio y Televisión N° 28278, en el cual se habla del horario de protección del menor. Entre líneas, se deseaba una nueva programación, más cultural, más intelectual y de contenidos saludable. Sin embargo, hasta el momento poco han hecho los canales por regular sus programas televisivos.
Quizá más marchas sean necesarias para detener a las grandes empresas televisivas, pero debido a que son organizaciones privadas con intereses y ganancias aseguradas, será muy difícil obligarlas a respetar los reglamentos o condiciones que podrían causarles perdidas monetarias.
Sin embargo, no todo está perdido. Se acepta que hay un sector de la población preocupado en los niños y lo que ven en la televisión local. Y ante esta demanda se lanza el canal IPe (Identidad Peruana) de TV Perú. Este nuevo canal busca ser un espacio pluricultural que contribuya a la integración nacional y el reconocimiento de la diversidad peruana en cada uno de sus ámbitos.
“En canal IPe entendemos que la cultura se vive de distintas formas, por eso promovemos la participación y el diálogo mediante producciones locales e internacionales de alta calidad que inspiran a niños y jóvenes. Nuestra programación, encabezada por Clan Destino, Los Caz@venturas, Popap, Creaturas, Cortos IPe y otras coproducciones, contará con 10 horas diarias de estrenos que buscan satisfacer la urgente necesidad de entretenimiento infantil y juvenil.” (Concortv, 2016)
El Canal IPe se podrá sintonizar en el 7.4 de la señal abierta digital. Así mismo, en los canales 45 (SD) y 545 (HD) de la señal de Claro TV y en el 707 de Movistar TV. Además, durante julio, el contenido de IPe será difundido en TV Perú de 2:00 a 4:00 pm y 5:00 a 6:30 pm.
Esta es una opción más saludable para los más pequeños y adolescentes. Su programación es más enriquecedora y como promotora de cultura tiene buenos espacios para todo tipo de espectador. Esperamos que puedan ayudarnos a difundir este mensaje y que más personas puedan acceder a este tipo de programación. Al mismo tiempo, y con una mayor cantidad de personas deseosas de este tipo de programación podríamos aumentar la demanda de series, documentales y programas culturales con contenidos de valor.
Bibliografía
Bandura, A. (1977). Social Learning Theory. General Learning Press.EUA.
Concortv. (2016). Canal IPe: una propuesta de entretenimiento y cultura del IRTP. Recuperado de: http://www.concortv.gob.pe/noticias/canal-ipe-una-propuesta-de-entretenimiento-y-cultura-del-irtp/
Concortv. (2011). Estudio de actitudes, hábitos y opinión sobre la radio y televisión en el Perú. Tomado de http://www.concortv.gob.pe/index.php/biblioteca-digital/estudios/846-2011-estudio-de-actitudes-habitos-y-opinion-sobre-la-radio-y-television.html (Recuperado en enero 2012)
Gestión. (2013). El 53.2% de los hogares en el Perú ve televisión por cable. Recuperado de: http://gestion.pe/tendencias/532-hogares-peru-ve-television-cable-2062521
Instituto Nacional de Estadística e informática. (2015). De cada 100 hogares peruanos 87 ven televisión. Recuperado de: https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/noticias/nota-de-prensa-n126-2015-inei.pdf
León, Bienvenido. (2010). Informativos para la televisión del espectáculo. Sevilla: España.
López Talavera, M. y Bordonado Bermejo, J. (2005). Telebasura, Ética y Derecho. Límites a la Información de Sociedad en televisión. España:
Universidad Rey Juan Carlos. Disponible en dialnet.unirioja.es/servlet/dcfichero_articulo?codigo=2539878